ETICA

 


LA LEY NATURAL Y LA NORMA PERSONALISTA


¿QUE ES LA LEY NATURAL?

   Las citas presentadas a continuación han sido extractadas del capítulo III, 'La Ley Natural y la Norma Personalista', del proyecto de libro inconcluso de Wojtyla, 'El Hombre en el Ambito de la Responsabilidad', de 1972.

   "Por "ley natural" entiendo, no solamente la estructura fundamental de la base normativa que he tratado de esbozar previamente, sino también un cierto método de justificación de las normas de la moralidad humana. Ahora es el momento apropiado para discutir este método.

   "Es bien sabido que ha habido un intenso debate acerca de la «ley natural» en ese sentido con los representantes del pensamiento positivista. Las objeciones a dicha ley vienen también del campo y de la actitudes anti-teístas, porque – no sin razón – es vista como incluyendo un rastro de interferencia desde arriba – una interferencia Divina – en la moralidad humana. La ley natural es el "códice" del Creador mismo, inscrita en el ser del hombre y del mundo – y se mantiene accesible al hombre como ser racional: es cognoscible y realizable por él.

   "También hay que comprender correctamente el carácter trascendental de esa ley, junto con su inmanencia simultánea en el hombre y en el mundo. La inmanencia se plasma en el hecho que la ley natural está inscrita en el ser mismo del hombre y del mundo, en el hecho de que la ley natural es de alguna manera idéntica a ese ser. El elemento trascendente propio de la ley natural es sin duda el elemento de la verdad objetiva del bien de todo ser, un elemento que crece más que cualquier vivencia subjetiva de los valores o incluso que cualquier esfuerzo subjetivo por los valores.

   "La ley natural apunta a la necesidad de la penetración en la estructura óntica y a la necesidad de entender las naturalezas, es decir, las esencias de las cosas, esencias que se incorporan en el objeto de la acción humana. La base de la justificación de las normas es, precisa y principalmente, esa comprensión de la naturaleza, una penetración en todo el orden esencial de la realidad del hombre y del mundo."


LA LEY NATURAL CORRESPONDE A LA PERSONA 

   El tratamiento de la Ley Natural por Wojtyla está fundado íntegramente en la concepción de Santo Tomás de Aquino.

   "Aquí es preciso establecer de manera elemental los significados propios de «persona» y «ley natural», con el fin de ver la afinidad existente entre ellos a la luz de tales significados. Primero algunas definiciones:

• La persona es "una sustancia individual de naturaleza racional".
• La ley es "una ordenanza de la razón por el bien común, promulgada por quien tiene el cuidado de la comunidad".
• La ley natural es "la participación de la ley eterna en la criatura racional".

   "Bajo esta luz, vemos que la ley natural está de acuerdo con la filosofía de Santo Tomás y, en un sentido indirecto, también de acuerdo con la visión católica del mundo. Debemos notar, ante todo, que la ley natural es algo que corresponde íntimamente al ser humano como persona y que, por ello, es propia de la persona. Porque si la persona es una "sustancia individual de naturaleza racional", es difícil negar que una "ordenación de la razón" corresponda y sea propia de la persona.

   "A partir de estos principios elementales, vemos que la ley no implica una especie de injerencia arbitraria de la razón subjetiva en el mundo objetivo, sino que implica una orientación básica hacia este orden objetivo. Este orden es el orden de los valores. La orientación de la razón hacia este orden objetivo se expresa en el descubrimiento y definición de ese orden. Por tanto, esto no es una interferencia subjetiva de la razón en la realidad objetiva, en el sentido de que la razón impondría sus propias categorías a la realidad – como fue en última instancia el punto de vista antropológico de Kant –, sino una orientación y actitud completamente diferente: la actitud de la razón que discierne, que capta, define y afirma, en relación con un orden que es objetivo y que es anterior a la propia razón humana."


LA VERDAD DEL BIEN

   No obstante todos los intentos de la mentalidad moderna de desgajar la ética de la filosofía, según Wojtyla, no es posible eludir su dimensión filosófica.

   "La ética era desde el principio un área de la filosofía, del conocimiento filosófico, para el cual – según el pensamiento clásico del Estagirita – lo propio es la formulación de todos los problemas de toda la realidad, a la luz de las «causas últimas». Es sabido que el desarrollo de las ciencias particulares a través de los siglos, sobre todo en la época moderna, arrancó muchas ramas lejos de una "filosofía" inicialmente unificada e hizo para ellas un dominio propio. En relación con eso surgió la siguiente pregunta: si la ética en sí puede o no ser separada del campo de la filosofía y ser conducida de una manera similar a las otras ciencias particulares. La revolución en la concepción tradicional de la ética que se ha llevado a cabo – y que ha sido aceptada aquí hasta cierto punto –, muestra, sin embargo, con todas sus consecuencias, que tal ciencia, incluso en su nueva formulación, "manifiesta" su necesidad de causas últimas, para su resolución per ultimas causas.

   "Hemos visto muchas veces que la ética no crece como una colección simplista de declaraciones imperativas, sino como una respuesta orgánica a la eterna pregunta del hombre sobre el bien y el mal. Su búsqueda, como se puede ver en el carácter mismo de la pregunta, tiene una dimensión filosófica y tiende a mostrar la naturaleza propia (ratio) de todos nuestros deberes morales, incluyendo los fundamentales.

   "Al preguntar sobre el bien y el mal moral, estamos preguntando específicamente acerca de la verdad y la falsedad. En el ámbito de las decisiones humanas lo verdadero-falso tiene primeramente el significado de "correcto-erróneo". Sin embargo, las normas de la moralidad también pueden formularse y ser discutidas fuera de la zona de decisiones, fuera de lo práctico y, hasta cierto punto, en sí mismas. Es precisamente entonces, que la "verdad del bien", que es el contenido principal de cada una de esas normas, se manifiesta en sí misma. Esa "verdad del bien" es de alguna manera una categoría superior en relación con lo "correcto" (y lo "erróneo")."


LA ETICA NO CREA LA NORMA,
LA JUSTIFICA

   He aquí una interesante analogía de Wojtyla, entre la ética y la gramática, para entender debidamente este problema.

   "Si colocamos una norma, por ejemplo, el principio «ser bueno y actuar bien» como hombre (o no ser malo y no actuar mal), en el centro de la ética, surge la cuestión de cómo podemos conseguir científicamente la construcción y, sobre todo, la formulación de ese principio. Al hacer esa pregunta, nos encontraremos en el centro del debate entre el empirismo y el apriorismo. Ese debate impregna toda la historia de la ética y constantemente nos pone de alguna manera en el borde de su aniquilación.

   "Es oportuno señalar aquí que la ética como ciencia no tiene como fin la creación de las normas de la moralidad. Se puede decir que es como la gramática, que tampoco tiene como fin la creación de las reglas de un idioma. La gramática lee estas reglas en el hablar humano real, observa desde allí los hechos y procede a establecer las regularidades que están presentes en el lenguaje mismo, presentes, en cierta forma, "por naturaleza". Y de esa manera la gramática también adquiere las marcas de una ciencia normativa: saca a la luz las normas que rigen el lenguaje – un hablar actual – y a la vez requiere su ordenación.

   "Al parecer la tarea de la ética es similar. Similarmente, su significación debe ser concebida como una ciencia normativa. Es, al mismo tiempo, también una nueva etapa y un "nivel superior" en la comprensión e interpretación de la moralidad dada en la experiencia. En esa moralidad, por supuesto, hay varios tipos de normas. A la ética pertenece no tanto una identificación de esas normas, lograda inductivamente, o incluso su eliminación (mediante selección), dejando sólo aquellas que son las reales normas de la moralidad. Los métodos inductivos en sentido positivista, como el método de deducción, tienen aquí tal vez un significado secundario y auxiliar. En cambio, es fundamental el método de reducción particular, a través del cual se determina – primeramente de manera intuitiva – hasta qué punto el principio «ser bueno como hombre y actuar bien» (o no ser malo y no actuar mal) es realizado conforme a una determinada prescripción de conducta (comandos, prohibiciones, etc.)."


EL RECONOCIMIENTO DE LAS NORMAS DE LA MORALIDAD

   Sin la Ley Natural, el conocimiento de los fundamentos normativos de la moralidad queda reducido a la mera subjetividad de cada cual.

   "¿Cómo debe ser conducido el reconocimiento de las normas de la moralidad? ¿En qué está basado? Se basa en la convicción de que los diversos principios de comportamiento contribuyen realmente a la formación de valores morales y que, de acuerdo con ellos, la conducta hace un hombre bueno, mientras que su disconformidad lo hace malo como hombre.

   "Es sabido que los principios de comportamiento son registrados no sólo en las vidas y convicciones de los hombres, sino también que han sido registrados formalmente en fuentes escritas. Ellos son los códices escritos de moralidad que vienen a asistir las convicciones de los hombres y las naciones. Si encontramos en esos códices algunas divergencias y diferenciaciones en los detalles y en asuntos secundarios, también, al mismo tiempo, nos encontramos con la convergencia y unidad en los asuntos primarios y en las líneas generales de los principios rectores de la moralidad. Hay muchos códigos escritos, procedentes de diferentes épocas, que difieren en calidad y en rango de interés. De una calidad son, por ejemplo, los Evangelios y los libros sagrados que contienen la moralia de diferentes religiones; de otra, los códigos de la moralidad publicados ad hoc (por ejemplo, las guías para los turistas, los libros de etiqueta, etc.). Sin embargo, junto a los registros formales hay que tener en cuenta un segundo registro – aunque en realidad es el primero –, aquel que se encuentra en las convicciones humanas. En ellas, la suerte de los varios códigos jurídicos de moralidad es determinada, el significado de las normas contenidas en esos códigos es conservado o perdido y la jerarquía de esas normas es mantenida – la convicción acerca de la superioridad de ciertas normas o incluso de ciertos sistemas en relación con otros, etc.

   "Esa estructura de fundamentos normativos, que es de alguna manera la propiedad común de todos los seres humanos "normales", está contenida en el concepto de una «ley natural»."


LA NORMA PERSONALISTA

   Wojtyla encuentra que la 'norma personalista' formulada por Kant, constiyuye un complemento necesario de la Ley Natural.

   "Introduzco aquí el concepto de "norma personalista" también desde el punto de vista del método: tal como lo hace la "ley natural", significa un cierto método de justificación de las normas de la moralidad. Este método no se opone a la ley natural, sino que es complementario a ella, y su lugar en la ética resulta del hecho que, como cuestión de hecho, el conjunto de normas que figuran en la moralidad humana define principalmente el principio de referencia a la persona: el principio de referencia a la propia persona (a ser bueno como hombre), y también – al menos indirectamente – una especie de principio de referencia a otra (segunda) persona o personas.

   "En la historia de la filosofía y de la ética, fue Immanuel Kant quien hizo una contribución especial a la formulación de la norma personalista con su análisis del imperativo categórico. La llamada segunda formulación de Kant postula que «una persona siempre debe ser sólo el fin de una acción y nunca exclusivamente un medio hacia un fin».

   "Al hacer la transición desde esos elementos de una moralidad viviente y de la historia de la ética al corazón de nuestro problema, se debe decir que la norma personalista es el principio primario de los actos humanos, según el cual todas las acciones del hombre en el ámbito que sea, deben ajustarse a la relación "a la persona", lo que es fundamental en la acción humana.

   "Todo hombre contribuye, en sus acciones, y en primer lugar, a la realización del mundo de las personas en una dirección positiva o negativa. El hecho de que la acción humana es a veces en gran medida co-operación (acción junto con otros) contribuye aún más al énfasis en la norma personalista."

   Naturalmente, en este caso, Karol Wojtyla no se transforma en 'kantiano' porque acepta esta importante verdad presentada y desarrollada por Kant.


DOCUMENTACION

   Karol Wojtyla
   LA LEY NATURAL Y LA NORMA PERSONALISTA